3.9.03

Ajúa

El lunes y el martes la presencia del Piporro se sintió en todas las pláticas, todos los encuentros. En mi casa su perdida se sintió, y fuerte; Don Eulalio fue buen amigo de mi abuelo, e incluso era padrino de un tío mío. Además de eso, todos crecimos con su música, sus películas. Todos se expresan de él con cariño, compartiéndo anécdotas de encuentros casuales en un café o en la fila de un banco, o recordando el haberlo visto en un escenario o la primera vez que se escucharon sus canciones. Incluso un taxista me contaba ayer de una vez que lo tuvo como cliente y como hablaba de todas esas bellezas con las que compartió créditos en la pantalla.

Monsiváis dijo el lunes que el Piporro, "a su modo, El Piporro inventó una idea del norte" y tiene mucha razón. Siempre estará presente en la ciudad y en todos nosotros.

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