Y la verdad es que esa es un poco la historia de un proyecto de cine. Se empieza con bríos, y si no se cuaja rápido, se puede terminar con desvaríos. Por naturaleza se trata de un proceso largo, y algo que cuando comenzaste a escribir quizá te apasionaba para el momento en el que pisas el set (o incluso el momento en el que el productor te dice "tenemos el dinero, va") puede ya no interesarte demasiado. Por eso es importante tener siempre, como dicen los gringos, "the eyes on the prize". The price, por supuesto, es una buena película.
* * *
¿Dadas las condiciones actuales del cine mexicano, se vale luchar por un proyecto de dos o tres millones de dólares? ¿O más?
Hace unos meses hablando con varios amigos llegamos a la conclusión que dadas las condiciones de la "industria" lo ideal era tratar de hacer películas baratas, de ochocientos mil dólares o un millón máximo. De doce a dieciocho días de filmación, crew reducido. Todo muy guerrilla, sin que la producción se salga de contro. Aun esas cifras se me hacen altas, pero dados los costos de los servicios cinematográficos, es casi imposible bajar de un número así. Sin embargo después de la liberación del estímulo fiscal (el EFICINE, mejor conocido como "226") los presupuestos se dispararon. Ahora es común ver que las películas mexicanas cuestan en promedio alrededor de dos o dos y medio millones de dólares. ¿Es válido que el hacer cine en México sea tan caro?
He estado pensando mucho en esto precisamente porque tenemos en las manos proyectos caros, ambiciosos. Claro, por su corte es probable que un presupuesto de 2.5 o 3 millones de dólares esté justificado. No tengo nada en contra de una cifra así cuando la película lo amerita (y creo que los proyectos que tenemos lo ameritan), pero aún así siento que deberíamos de estar haciendo un cine más rápido, más impulsivo. No arrastrar tanto los procesos, filmar rápido y dejar en la pantalla algo más instintivo, por decirlo de algún modo.
* * *
Y sin embargo si algo nos han enseñado los Kilómetro 31 (Rigoberto Castañeda, 2007) o Niñas Mal (Fernando Sariñana, 2007) es que lo que el público mexicano espera de su cine es que se parezca lo más posible al de Hollywood.
La amenaza de la monocultura.
* * *
Hace unos días se publicó en el periódico El Norte una nota donde se dice que Monterrey es de las peores plazas del país para el cine mexicano. La gente aquí prefiere ir a ver casi cualquier cosa que esté hablada en inglés antes de entrar a ver una película mexicana. Alguien me dijo una vez que no veía cine mexicano porque "no se encontraba en él". Sin embargo entre las pocas películas mexicanas que se han salvado de la quema en esta plaza están dos regiomontanas, 7 Días (Fernando Kalife, 2005) e Inspiración (Ángel Mario Huerta, 2001).
¿Se veía el público regiomontano en ellas?
2 comentarios:
No costó mucho trabajo entender el título del post. Jejeje...quiero pensar que en lugar de ponerse a trabajar uno prefiere sacarle la vuelta y escribir “algo” en el blog.
Es más catártico de lo que se cree. Aún así uno no deja de hacerse el pendejo, sobre todo cuando las prioridades te presionan. Es precisamente lo que hago en estos momentos....Jejeje.
Ya lo decía Syd Field, para sobrellevar esta Procrastinación (resistencia) es reconocer cuándo se está experimentando:
"Una de mis formas favoritas de resistencia es sentarse a escribir y de repente tener una idea para otro guión. Una idea mucho mejor. Una idea tan original, tan excitante, que se pregunta qué está haciendo escribiendo “este” guión. Píenselo. Si realmente es una buena idea, se quedará. Simplemente escríbala en una o dos páginas y archívela.
¿Cómo lidia con ella?
Simple. Si sabe que pasará, simplemente dese cuenta cuando ocurra. Cuando esté afilando sus lápices o limpiando su área de trabajo, reconozca que eso es lo que está haciendo: ¡experimentando resistencia! Reconozca la resistencia luego muévase hacia el otro lado. No pretenda que no está ocurriendo. Una vez que lidie con su resistencia, estará listo para escribir."
Saludos.
Muy cierto lo que dice Syd Field. La verdad es que esos momentos de dilaciòn no son del todo malos, pueden servir de terapia o catarsis, como dices. El meollo del asunto es decidirte a terminar de "chacer tu correo" o "leer el digg" y ponerte a jalar.
Publicar un comentario