Una técnica génetica llevada a cabo en Estados Unidos ha demostrado su capacidad para convertir a un grupo de monos perezosos en auténticos 'adictos al trabajo'. Aunque aún falta por ver la aplicación de este procedimiento en humanos, existe preocupación por que puediera llegar a caer en manos de jefes desaprensivos.
Concretamente, y según han dado a conocer en la última edición de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', los doctores Barry Richmond y Zheng Liu suprimieron temporalmente la actividad de un gen de los circuitos cerebrales implicado en los procesos de aprendizaje y de esfuerzo-recompensa, el receptor de dopamina D2.
Los animales fueron entrenados para pulsar una palanca cuando el indicador de una pantalla cambiase de rojo a verde. Otra luz azul les indicaba que lo habían hecho correctamente y al final, después de una serie de intentos con éxito, les esperaba un zumo como premio.
Como ya se había demostrado en otros trabajos anteriores los monos iban cometiendo menos errores en cada nivel, y se mostraban más concentrados y eficientes a medida que se acercaban a la recompensa.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría antes de esta manipulación genética, los simios perdieron el sentido de la recompensa y se mostraron concentrados en los botones de un panel independientemente del nivel en el que estuviesen. Además, cometieron menos errores que de costumbre, incluso cuando aún quedaban varios paneles para llegar al premio. Sin el mencionado gen los animales perdieron el sentido de la recompensa y el trabajo necesario para alcanzar el premio, explican los investigadores.
12.8.04
Workaholic Monkeys
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