Cosas más extrañas han sucedido
Indiscutiblemente, un aspecto por el que la gente no acude a las librerías son los altos precios en los que se venden los libros. De otra manera, no se explica por qué miles de personas han respondido tumultuosamente en estos días al llamado que hizo el editor y librero Alfonso Castillo, al anunciar el remate de la célebre librería ubicada en Morelos, sin importar si hace frío o llueve en forma intermitente."Hasta parece que se antoja más entrar con la puerta cerrada", afirma don Julio, al pasar frente a la librería que mantiene abajo su cortina metálica, aunque los empleados de la librería abren una pequeña puerta cada cinco minutos para dejar salir a la gente y entrar de 10 en 10 a las personas que integran la enorme fila que, a ciertas horas del día, llega casi hasta Zaragoza o la misma distancia del lado contrario.
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