Porno
El Mudo escribe en su blog esta cita de la actriz porno Ginger Lynn:"It’s gotten to the point where you have to have ten anal scenes in every movie or fifty guys [making love to] one girl. Everyone is trying to push things further. Don’t get me wrong, I love anal sex, I love double penetration, I love having sex with multiple partners, but if that’s all you see, it loses some of the excitement. People just expect it. Oh, and what happened to kissing?"
Y después comenta:
"El Porno es divertido... sobre todo porque es prohibido. osease... lo prohibido es divertido!"
Estoy de acuerdo en que el porno es divertido, pero ¿sigue siendo prohibido? Digo, me acuerdo de cuando lo tenía que alquilar o comprar a escondidas. Era toda una odisea. Pero en los últimos años fue de lo más norma; se encontraba mucho más facilmente, se veia en todos lados. Y aquí en España lo puedes comprar en cualquier puesto de revistas, sin mencionar todas las sex shops que hay por el país. Todos saben quién es Rocco Siffredi, Sylvia Saint o Traci Lords. A Ron Jeremy lo entrevistan en CNN. Internet lo ha hecho totalmente accesible para todos. ¡El porno ya está en el mainstream!
Quizá es precisamente por eso que el porno ha tomado el camino que ha tomado, y es a lo que se refiere Ginger Lynn en esa cita. Siempre hay que ir más alla, más extremo, romper más tabús, herir más sensibilidades. Una penetración anal o el sexo en grupo ya no son suficientes: hay que golpear, romper, desgarrar, escupir, ver lo prohibido, profanar lo sagrado. Y lo peor es que la demanda del público crea esto y a la larga estas películas moldean las fantasías de la gente. Las películas porno son directamente responsables de la forma en la que se tienen relaciones hoy en día; los hombres emulan a los que ven en la pantalla y esperan que las mujeres se comporten como sus estrellas porno favoritas. Pero las películas porno siguen siendo eso: películas. Fantasiosas. Irreales. Por más cinema verité, gonzo o amateur que sean, siguen siendo películas, fragmentos de una imaginación (no muy brillante en la mayoría de los casos), realización de unas fantasías (aburridas y estándar, de nuevo, en la mayoría de los casos).
Creo que lo he visto casi todo, y no creo que estemos muy lejos de tocar el techo de lo humanamente posible en el porno. Veremos qué viene después.
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