Si todo va bien, para mañana terminan de arreglar los desperfectos que causó la inundación de hace una semana. Se están encargando de las obras un par de hermanos rumanos, buenas personas, todos unos personajes para un guión. Stefan -el hermano mayor, que lleva más tiempo en España y habla bien español- es el encargado de arreglar todos los desperfectos del edificio. Es buena onda, directo y al grano, y no acepta pendejadas de nadie.
Parece que en el segundo piso del primer edificio (el edificio en el que vivimos se divide en dos partes, escaleras interior y exterior; nosotros vivimos en la interior) se derrumbó un muro que servía de soporte y el piso está todo desnivelado; hoy estuvieron los bomberos ahí, revisando. "No preocupen, si cae, cae sólo ese edificio", nos dijo Stefan. Menos mal.
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