Esta semana tuve la oportunidad de ver dos excelentes películas del director Antonio Hernández: primero su última película, En la Ciudad Sin Límites (2002), una historia personal sobre el amor, las relaciones familiares y el derecho del hombre a vivir -y morir- como se desee disfrazada a la perfección de un thriller que nunca pierde fuerza. Un elenco de lujo (Ana Ferández, Adriana Ozores, Roberto Álvarez, Geraldine Chapline, Leticia Bredice) del que destacan Fernando Fernán Gómez y Leonardo Sbaraglia, que dan una verdadera cátedra de actuación.
La segunda película es Lisboa (1999), otro thriller con elencazo: Sergi López, Carmen Maura y Federico Luppi. Ambas películas están marcadas por la incertidumbre, la desconfianza e involucran a la familia como objeto de esa desconfianza. Lisboa tiene un ritmo increíble, que hace que el espectador no pueda dejar de ser partícipe de las acciones de los personajes. Siempre estamos pendientes del protagonista, que parece meterse cada vez más en un proble que lo supera, preguntándonos por qué sigue ahi. Y justo cuando queremos que se meta a la acción de lleno... bueno, es mejor que lo vean. Los intercambios entre Sergi y Carmen crean a dos personajes completos y complejos, y la breve -pero intensa- aparición de Luppi es una de las más espectaculares de su carrera.
Con todo y su experiencia en Sorpresa, Sorpresa y otros programas de cámara escondida, no puedo entender cómo Hernández se metió al proyecto de la película de Gran Hermano. Una de cal...
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