Para ser una fiesta muy acá y VIP, el whisky sabía sospechosamente barato. Y todavía ahora, diezytantas horas después, regresa por momentos para atormentarme. Por eso siempre pido cervezas en estos eventos (además de que soy regio y chelero y qué), pero se acabaron y tuve que pedir un peoresnada, whisky con agua mineral. Lo que me trajeron (con un popote de esos de los que se doblan) sabía ligeramente a whisky o algún derivado o subproducto. Mi esposa pidió un desarmador y le trajeron un menjurge que sabía a alcohol del 9 con jugo de algo (a Lesslye sí le supo a naranja, pero mi hermano y yo no podíamos decidir si sabía a piña o durazno). Los demás en cuanto se acabó la cerveza hicieron lo correcto: refrescos embotellados. Seguro se sienten mejor que yo hoy.
Y todo esto es para decir que ayer fue la premier de 7 Días en Monterrey. Me la chuté de nuevo, esta vez en compañía de toda la familia, y la experiencia fue igual de agradable. La gente se mete en la película, se ríe y parece salir satisfecha. En la sala en la que la ví en esta ocasión había muchas adolescentes ("Jaime Camil Fan Club" anyone?) y no dejaron de reir, gritar y celebrar cualquier cosa que pasaba en la película. En circunstancias normales yo me hubiera puesto el viejillo cascarrabias que soy para criticar este "comportamiento indigno de una sala cinematográfico" (anda viejillo rijoso), pero en esta ocasión lo veo con otros ojos: ¡la película tiene el demográfico de chavitas jóvenes con buena mesada y tiempo de sobra para ir a ver la película una y otra vez con las amigas, el novio, la familia, la prima y quien se deje! Sí señor, símbolos de pesos en los ojos y números negros en el B.O. Ahora sólo hay que esperar al lunes a que salgan los números para ver si pasa esto o no. Las críticas, de antemano lo sé, serán mezcladitas. Ya en CinePremier le dieron una arrastrada, y el Top Magazine de El Norte fue más amable-- al crítico le gustó, pero dijo que "no es de esas películas que hay que ver forzosamente en cine". ¡No maaaaá! De antemano le pronostico dos críticas en El Norte, una con dos y otra con tres estrellas. A ver cómo la tratan en el resto del país.
Luego de la función -y de una escala en los Tacos Julio para matar al gusanillo- vino la fiesta. Menos farandulera quizá, más futbolera (y Rayada) y también con mucha fauna local. Camil no fue, y Eduardo Arroyuelo y Martha Higareda (quien, por cierto, se quedó con el corazón de mi hermano menor-- me pregunto porqué) se fueron temprano. Los productores estaban felices y expectantes, listos para la que sigue. El director cansado, seguramente deseando no tener que volar al día siguiente a las 8 a.m. para ir a la rueda de prensa en Mexicalpán. Poca gente del crew (seríamos unos tres o cuatro). Y a pesar de un encuentro indeseado, un pequeño malentendido de trabajo y por teléfono y del whisky raro que me dieron, la verdad es que me divertí.
Pero era lunes (maldito lunes) y hoy martes (que se siente como miércoles) sigo teniéndo un montón de trabajo antes de irme a México el viernes. 18 días. Entre México y Morelia estaremos fuera 18 días. Es un chingo. Habrá que sacarle provecho.
Regreso a corretear la chuleta.
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27.9.05
No se que diablos tenía ese whisky con agua mineral
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