Batman Begins es la película que hemos estado esperando durante años. Christopher Nolan y David Goyer han creado un parteaguas en el cine de "superhéroes": esta es la primera película que se aleja de las convenciones del género y se atreve a acercarse más al cine de acción o al thriller "tradicional" (aunque tenga poco de esto), liberándose de todo el bagaje que inevitablemente acompaña a las películas de superhéroes. Además, logra algo que en otras películas de superhéroes (sobre todo en los Batmans de Tim Burton, a quien se le reconoce el mérito de al menos haberlo intentado) se había quedado siempre a medias: desarrollar las motivaciones y psicologías de los diferentes personajes (héroes y villanos) para brindar una película más completa, sin sacrificar por esto la acción y el entretenimiento. De hecho a pesar de la clasificación PG-13 que se le dio en Estados Unidos, Batman Begins no se siente como una película para niños e incluso tiene partes muy oscuras, quizá más intensas que las fantasías de poder sadomasoquistas de Burton y que hacen esperar con ansias desde ahora el inevitable DVD con material extra.
Si Batman Begins es o no fiel al comic, o si está basada en esta o aquella novela gráfica o historia, es lo de menos. Lo interesante es que Nolan ha tomado al personaje y lo ha hecho suyo. Estamos ante un autor que a la hora de ponerse a merced de un sistema y de un producto no ha perdido el tipo y que obviamente tiene las prioridades muy claras: el personaje, el tema (el miedo) y el desarrollo de una mitología vienen antes del efectismo. Y toda la producción trabaja para otorgarle a Nolan este poder sobre historia y personajes. El diseño de producción es una obra maestra, dando vida al mundo de Batman en todos los niveles: desde Ciudad Gótica, que por primera vez desde la que diseño Anton Furst para Burton se siente como un personaje más de la historia, hasta llegar a la Baticueva, Batimóvil y todo lo que lleve ese prefijo, que existen en función al personaje y a la historia y no como objetos con vida propia diseñados para vender juguetes y que suelen opacar lo que verdaderamente debe importar.
El otro gran acierto, después del guión y la dirección, está en el elenco. Christian Bale es el Batman/Bruce Wayne perfecto. Tiene la mezcla de fuerza física, caracter, carisma, prepotencia y vulnerabilidad que caracterizan al personaje. Y el resto del elenco funciona de manera perfecta a su alrededor, especialmente Gary Oldman como Gordon, un personaje que en el comic es fundamental para el desarrollo de la historia y que ha sido ninguneado en las diferentes adaptaciones a otros medios.
Dos detalles que no me gustaron: el primero fue la música. Salí del cine tarareando el tema de Batman-- ¡pero el de la serie animada! Comprendo que quizá la idea de un score más terrenal y menos grandilocuente venga a cuenta por todo lo que mencioné antes con respecto al manejo de la película por parte de Nolan, pero creo que Batman se merece un tema memorable como el que ha tenido en las películas de Burton o la seria animada. Y el segundo detalle: Rachel Dawes. El tema del "interes amoroso" se siente forzado y fuera de lugar, y el papel de un fiscal incorruptible dispuesto a dar la vida por la justicia quedaba como anillo al dedo para "sembrar" desde ahora a Harvey Dent, a.k.a. "Dos Caras". Pero como dije, detalles.
Bale y Oldman ya están firmados para una secuela, y la película está arrasando en taquilla (aunque los números del primer día en Estados Unidos fueron más bajos de lo esperado), así que seguramente veremos una continuación. Continúe o no Nolan al frente, si la historia se sigue manejando con esta línea y un cineasta comprometido está en las riendas, podremos continuar viendo buenas historias.
Y en un año, el 30 de Junio, Superman Returns, de Brian Synger.
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