Quería ir a ver Sideways, pero el destino hizo que tuviera que comprar boletos para Constantine. Iba preparado para una decepción, y con un humor de perros, pero... me gustó.
Antes de que los puristas me crucifiquen: es verdad, tiene poco que ver con el John Constantine de Alan Moore. Si son fans de hueso colorado quizá la detesten. Pero el personaje está ahí; quizá refleje más las historias contadas por Delano o Ennis, pero está ahí. Y el guión (aunque peque de ser demasiado Hollywood) es bueno. Así, a secas.
La verdad es que la película vale la pena por algunos diálogos, y por Tilda Swinton y Peter Stormare. Sobretodo la secuencia final es genial. Y sorpresivamente Keanu no desentona demasiado, y hasta tiene buenos momentos. De Rachel Weisz no creo que haga falta decir nada (no se ustedes, pero yo me quedo hipnotizado cada vez que aparece en pantalla, sin importar la calidad de la película) y Djimon Hounsou aporta mucha presencia a la película. Hasta aquí todo bien.
Ahora bien, lo mencioné antes, pero hay ocasiones en que la película es demasiado Hollywood. Un patiño gracioso (que desaparece durante casi todo el segundo acto y parte del tercero, por cierto), personajes extraños pero entrañables, agujeros en la trama que no se explican (ni falta que hace), exceso en las animaciones... en fin, que los criticos tienen mucha tela que cortar si lo que quieren es crucificarla. Pero como cine 100% palomero, la verdad es que es de lo mejor que he visto en mucho tiempo.
Es la primera película del director Francis Lawrence, y la verdad es que lo ha hecho bastante bien. A pesar de ser una película de efectos especiales, tiene varias secuencias que se sostienen en los actores, el guión y una eficiente construcción por parte del director, y cuando tiene que meterse de lleno a las animaciones y efectos lo hace sin miedo, pero tampoco exagerando. Las animaciones -en especial las del infierno- no me gustaron demasiado, pero quizá el problema en este aspecto viene más del diseño y concepto que de la ejecución. A final de cuentas no interfieren demasiado y hacen que la película camine.
Bastante disfrutable, pues, sin llegar a ser una obra maestra. Si les gusta y quieren más, vayan y comprense los cómics de Hellblazer, especialmente los de los autores que ya he mencionado.
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