18.12.04

La Iliada según Petersen

Acabo de pasar tres horas viendo como Hollywood trataba de que Homero se levantara de la tumba y cometiera un crimen violento. Me sorprende que no lo hayan logrado. Yo se que la mitología griega y sus historias no son fáciles de adaptar exitosamente al cine (son demasiado complejas, y sus héroes en muchas ocasiones bastánte antipáticos), pero esto es el colmo. Troy de Wolfgang Petersen es la materialización de todo lo que está mal en Hollywood: el simplificar héroes e historias legendarias en una fórmula (puedo ver a los productores y el guionista discutiendo sobre plot points, motivaciones y sugiriendo una historia de amor entre Aquiles y Briseida), el eliminar toda referencia mitológica para "humanizar" a los personajes, el exceso de efectos digitales que abruman y distraen de lo que es realmente importante en la historia.

¿Y la historia? ¡Qué importa! Que la guerra dure 15 días en vez de una década. Hagámos que Menelao muera a manos de Héctor, así nunca tendremos que mostrar que Helena vuelve con él y viven "felices para siempre". Tampoco matemos a Aquiles antes de lo del caballito (casi podría asegurar que en una junta alguien sugirió no matarlo); mejor que siga a su corazón para salvar a su amada. ¿Agamenón? Es el malo, que lo maten. Ajax es un héroe, no puede suicidarse, mejor que lo mate Héctor. Paris es el ídolo juvenil del momento, así que tampoco podemos matarlo. Y nada de dioses; ninguna deidad guió la flecha de Paris para acabar con Aquiles, no señor. Y así podría seguir un buen rato, pero para qué.

No puedo decir que no me gustaron algunas secuencias ni que no disfruté al ver breves instantes de la historia que debió haber sido, pero el disgusto al ver la cínica dirección de la maquinaria de Hollywood sobre ella pudo más.

Y ya que hablamos de Aquiles, esta semana ví la película sobre la vida de su supuesto descendiente, Alejandro Magno. Alexander, de Oliver Stone, es un fracaso como película, pero es un proyecto de tanta ambición que quedará como sujeto de estudio en los años por venir. Sería inútil tratar de señalar qué fue lo que falló, pero es un documento cinematográfico fascinante que intenta (sin lograrlo) abarcar lo que está detrás de la compleja y oscura vida de Alejandro. Al igual que Brad Pitt como Aquiles, Collin Farrel no parece lograr dar vida a un personaje que trasciende su propia historia; por un lado Pitt intenta dar profundidad y motivación -humanizar, pues- a un mito que nunca debió tenerlas, mientras que Farrel fracasa al intentar mostrar eso mismo en un personaje para el que eso sirvió de combustible para su ambición.

Se agradece, sin embargo, que Stone haya llevado su ambición hasta las últimas consecuencias, y que aunque haya fracasado lo haya hecho con una película de tal magnitud. Sus escenas de batalla son grandiosas (en Gaugamela logra mostrar con éxito la maestria táctica de Alejandro, mientras que en India logra imágenes bellísimas y brutales al mismo tiempo) y por momentos se puede casi sentir que la historia y las situaciones lo sobrepasaron, y que la falta de foco (o el afán de abarcarlo todo) fue su perdición.

Dos películas fallidas dentro de la maquinaria de Hollywood, aunque por razones muy diferentes.

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