El primero de enero de 1994 dejó huella permanente en la vida de México. Dos hechos nos marcaron: el levantamiento zapatista y la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLC). Hasta el momento son conflictos vivos que siguen demandando urgentes resoluciones y mientras no se haga algo habrá inestabilidad e incertidumbre en el futuro de la nación.
Una década después, se podría afirmar que por los efectos del TLC en la industria cinematográfica nacional gran parte de los artistas y productores dedicados a la creación cinematográfica de nuestro país han pasado a engrosar las filas del desempleo y la pobreza. Con el tratado se destruyó, en unos cuantos años, lo que tardó más de seis décadas en construirse: un cine fuerte con identidad propia.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario