Por fin vi Bowling for Columbine, de Michael Moore. Se tiene que ver, no hay de otra, y no estaría mal que pasaran los minutos en los que aparece Marilyn Manson (quien, por cierto, no es santo de mi devoción) en los noticieros locales, ahora que tanta gente se junta a rezar para que no venga a demonizar a la sana juventud regiomontana.
Por cierto, para los que no lo conozcan, dense una vuelta por el sitio de Michael Moore. Incluso promete un blog muy pronto.
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