Carlos García Campillo

Y cuando despertó, los dos equipos regiomontanos estaban en la semifinal.

Y enfrentados, pa' acabarla de fregar. Si un clásico de temporada normal se vive con pasión, con este la gente ya se está volviendo un poco loca. Como le dije al Mudo ayer: esta semana va a haber muertos en Monterrey.

En lo futbolístico, la verdad es que es un albur. A los Rayados los veo un poco más sólidos, sobre todo del medio campo para atrás. Han tenido momentos de excelente futbol, aunque aun les falta algo (contra el Atlas tuvieron un muy buen primer tiempo, pero el Atlas les puso las cosas difíciles en el segundo). Tigres es más impredecible, más explosivo (y en casa es implacable). La ventaja en esta semifinal es de los Rayados, con mejor posición en la tabla y el partido de vuelta en casa. Además, Gaytán (que no ha vuelto a ser el mismo después de la lesión) estará fuera, al igual que Hugo Chávez, el mejor hombre de Tigres en los últimos partidos. Con un empate los Rayados van a la final, a enfrentarse casi seguramente al Morelia.

Durante 180 minutos la ciudad va a estar paralizada, esperando la explosión que vendrá con la celebración de una de las dos hinchadas y el orgullo de una gente que, necesitada de triunfos y satisfracciones, seguramente apoyará los colores del equipo que llegue a la final.