Xavier Velasco:
Se piensa en La Novela para ensalzar no tanto su grandeza, como la pequeñez de quien pasan los años y sigue sin saber cómo escribirla. Verla así, con mayúsculas, es encontrar coartada para nunca terminarla —lo que sea de cada quién, empezarla se facilita mucho más—. Me había acostumbrado a hablar de La Novela como de un convidado improbable, igual que esas parejas estériles que se cansan de todo menos de hablar del hijo que no tienen. Claro que en esto de escribir novelas no hay un doctor que diga: Lo siento, pero es usted clínicamente estéril, dedíquese mejor a la publicidad. Porque si lo dijera, sería preciso sacarle los ojos y saltar de clavado hacia el vacío, con tal de fecundar al óvulo inasible.De su texto "Cómo escribí Diablo Guardián, en su sitio personal.
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